Agrobiotecnología: un vínculo renovado entre el INTA y la UNSAM
- Diez becas completas para estudiar una carrera única en la Argentina, conformada por distintos organismos del Estado y que inicia el segundo año lectivo. El INTA participa con equipamiento y docentes de diferentes especialidades afines.
La primera carrera de agrobiotecnología que se dicta en
el país tiene sede en la Universidad Nacional de San Martín -UNSAM- y con el
apoyo de instituciones como el INTA, el CONICET, la CIC y el Ministerio de
Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, extiende becas completas para el
cursado de la carrera. En este sentido, abrieron las preinscripciones hasta el
20 de diciembre para la selección de becarios para el año próximo.
En la Argentina y particularmente entre estos dos organismos, recientemente se conocieron logros muy significativos en esta materia. "En la actualidad empezaron a concatenarse una cantidad de factores que nos permitirán empezar a ser grandes generadores de la tecnología que necesitamos”, expresó Guillermo Santa María, coordinador de la carrera de Ingeniería en Agrobiotecnología del Instituto Tecnológico de Chascomús de la UNSAM. Al respecto, en relación con la importancia que adquirió esta especialidad a lo largo de la última década, destacó como algunos logros fundacionales la producción de animales transgénicos clonados, el desarrollo de vacunas contra la brucelosis y métodos de diagnósticos más eficaces para detectar enfermedades como la fiebre aftosa, entre otros.
La vinculación del INTA y la UNSAM tiene como antecedente un trabajo de cooperación conjunta en materia de biotecnología al lograr la producción del primer bovino bitransgénico para la producción de leche maternizada, conocido como Rosita ISA. En esta oportunidad, el trabajo mancomunado de las dos instituciones permitió la creación de la carrera de Agrobiotecnología, en la cual el INTA aporta infraestructura y docentes para el dictado de las materias de años superiores.
Norma Pensel, coordinadora nacional de Investigación y Desarrollo del INTA, se refirió a la participación del instituto como socio fundador porque “desde sus inicios, el INTA se involucró en toda la gestión y selección de los becarios, el dictado de las clases y la discusión de las necesidades y los futuros desarrollos para generar especialidades
En la Argentina y particularmente entre estos dos organismos, recientemente se conocieron logros muy significativos en esta materia. "En la actualidad empezaron a concatenarse una cantidad de factores que nos permitirán empezar a ser grandes generadores de la tecnología que necesitamos”, expresó Guillermo Santa María, coordinador de la carrera de Ingeniería en Agrobiotecnología del Instituto Tecnológico de Chascomús de la UNSAM. Al respecto, en relación con la importancia que adquirió esta especialidad a lo largo de la última década, destacó como algunos logros fundacionales la producción de animales transgénicos clonados, el desarrollo de vacunas contra la brucelosis y métodos de diagnósticos más eficaces para detectar enfermedades como la fiebre aftosa, entre otros.
La vinculación del INTA y la UNSAM tiene como antecedente un trabajo de cooperación conjunta en materia de biotecnología al lograr la producción del primer bovino bitransgénico para la producción de leche maternizada, conocido como Rosita ISA. En esta oportunidad, el trabajo mancomunado de las dos instituciones permitió la creación de la carrera de Agrobiotecnología, en la cual el INTA aporta infraestructura y docentes para el dictado de las materias de años superiores.
Norma Pensel, coordinadora nacional de Investigación y Desarrollo del INTA, se refirió a la participación del instituto como socio fundador porque “desde sus inicios, el INTA se involucró en toda la gestión y selección de los becarios, el dictado de las clases y la discusión de las necesidades y los futuros desarrollos para generar especialidades
desde el punto de vista de lo que es el agregado de valor
en origen”. En esa misma línea, la coordinadora destacó la importancia de
formar profesionales en materia de agrobiotecnología ya que “se trata de una de
las temáticas más priorizadas por la institución porque se trabaja tanto en el
aspecto ambiental como en el productivo y, sobre todo, nos permite tener
capacidad a futuro al generar formación, métodos y tecnología orientada a
emprendimientos agrícola-ganaderos y la producción de organismos que sean de
interés para el sector”.
La carrera de Ingeniería en agrobiotecnología tiene una duración de cinco años y, además de la presencia del INTA, cuenta con la participación del Conicet, que presta apoyo en infraestructura, la Comisión de Investigaciones Científicas –CIC- que brinda las becas a los diez mejores estudiantes y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, que aporta fondos para equipamiento. De esta forma, se garantiza el acceso a una beca completa por la duración de la carrera de 2.500 pesos y alojamiento para estudiantes de diferentes regiones que hayan cursado al menos el primer año de una licenciatura afín y que tengan dedicación exclusiva al cursado de la nueva carrera.
En este sentido, la coordinadora nacional señaló que “la posibilidad de acceder a las becas permite que se puedan generar capacidades y una masa crítica distribuida geográficamente de manera equitativa, que hagan del conocimiento una cuestión federal y que nos permita afrontar los futuros desafíos que existen por delante en materia ambiental y productiva”. A su vez, desde la coordinación se prevé que para el próximo año el INTA pueda aportar fondos que permitan ampliar el cupo de estudiantes que accedan a la carrera.
La formación en agrobiotecnología se orienta al diseño de tecnologías novedosas para la agricultura, la ganadería, la producción de especies forestales y hongos, el cultivo de organismos acuáticos y el agregado de valor agroalimentario y agroindustrial, con énfasis en la adquisición de habilidades experimentales. Para lo cual Santa María explicó: “Pretendemos generar una experiencia parecida a la del Instituto Balseiro, que prepara a los mejores profesionales en física con dedicación exclusiva y podemos hacerlo en función del fortalecimiento progresivo que tuvo el Instituto Tecnológico Chascomús en materia de recursos humanos y de infraestructura”.
La actividad curricular se divide en tres módulos: en un principio se fortalecen los saberes básicos que otorgan una base sólida para abordar el resto de la carrera. En el segundo tramo se abordan conocimientos básicos de biotecnología con talleres de intensificación experimental y rotación en distintos laboratorios, para que los estudiantes se familiaricen con las técnicas. Mientras que en el tramo superior de las materias, se prevé la participación de distintos especialistas del INTA y del Instituto Tecnológico de Chascomús que trabajan específicamente en problemas de biotecnología.
La carrera de Ingeniería en agrobiotecnología tiene una duración de cinco años y, además de la presencia del INTA, cuenta con la participación del Conicet, que presta apoyo en infraestructura, la Comisión de Investigaciones Científicas –CIC- que brinda las becas a los diez mejores estudiantes y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, que aporta fondos para equipamiento. De esta forma, se garantiza el acceso a una beca completa por la duración de la carrera de 2.500 pesos y alojamiento para estudiantes de diferentes regiones que hayan cursado al menos el primer año de una licenciatura afín y que tengan dedicación exclusiva al cursado de la nueva carrera.
En este sentido, la coordinadora nacional señaló que “la posibilidad de acceder a las becas permite que se puedan generar capacidades y una masa crítica distribuida geográficamente de manera equitativa, que hagan del conocimiento una cuestión federal y que nos permita afrontar los futuros desafíos que existen por delante en materia ambiental y productiva”. A su vez, desde la coordinación se prevé que para el próximo año el INTA pueda aportar fondos que permitan ampliar el cupo de estudiantes que accedan a la carrera.
La formación en agrobiotecnología se orienta al diseño de tecnologías novedosas para la agricultura, la ganadería, la producción de especies forestales y hongos, el cultivo de organismos acuáticos y el agregado de valor agroalimentario y agroindustrial, con énfasis en la adquisición de habilidades experimentales. Para lo cual Santa María explicó: “Pretendemos generar una experiencia parecida a la del Instituto Balseiro, que prepara a los mejores profesionales en física con dedicación exclusiva y podemos hacerlo en función del fortalecimiento progresivo que tuvo el Instituto Tecnológico Chascomús en materia de recursos humanos y de infraestructura”.
La actividad curricular se divide en tres módulos: en un principio se fortalecen los saberes básicos que otorgan una base sólida para abordar el resto de la carrera. En el segundo tramo se abordan conocimientos básicos de biotecnología con talleres de intensificación experimental y rotación en distintos laboratorios, para que los estudiantes se familiaricen con las técnicas. Mientras que en el tramo superior de las materias, se prevé la participación de distintos especialistas del INTA y del Instituto Tecnológico de Chascomús que trabajan específicamente en problemas de biotecnología.
Para acceder a las becas se encuentra abierta la
preinscripción al año 2013 hasta el 20 de diciembre del corriente y podrán
presentarse aquellos estudiantes que hayan cursado al menos el primer año de
una carrera afín como Agronomía, Zootecnia, Veterinaria, Biología,
Microbiología, Genética, Bioquímica, Química, Ingeniería en Alimentos u otras.
Los preinscriptos serán convocados en febrero a una entrevista personal y una
evaluación para medir los conocimientos en matemática y química general, que
les permita ingresar a la carrera.
Informes:
Dr. Guillermo Santa María
E- Mail: gsantama@intech.gov.ar
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